Maratón La Covatilla o como pasar de un idílico día de bici a ser Ramón Sampedro durante una semana.
Viernes 13 (cómo no vi las señales???), vamos a Béjar a recoger el dorsal de Vane y, mientras mi mujer corre el sábado como las cabras esas carreras que a ella le gustan, yo me subo La Covatilla en bici. PLANAZO!!!
8am, temperatura espectacular (12° en Béjar en Octubre es caribeño), suena Highway to Hell (cómo no vi tanta señal junta???) y se da la salida. Ahí tengo que darlo todo porque la labor del ayudante en estas carreras es muy fácil pero no puedes fallar: Animar en la salida, animar en un punto intermedio y animar en meta. He visto a familias rotas porque el acompañante estaba tomándose un café mientras entraba su pareja en metas tras 8 heroicas horas de puro sufrimiento.  Animo a Vane y me vuelvo a mi hotel en Candelario, km5 de la carera. Pienso que cuando ella pase, me acostaré (hay algo mejor que una siesta a las 9am???) otro ratito con los deberes hechos y aprovecharé a hacer eso que hacemos los tíos cuando estamos solos: Rascarnos el culo por dentro del pijama.
Parece que no viene. Pasan personas que llevan un ritmo muy por debajo del de Vane. Aparece la última con una caída fuerte en la cadera y arena hasta en la lengua (vaya ostión tuvo que ser). Viene un poco aturdida. La atiendo en un banco, me dice que está bien pero que necesita un rato y que le duele la cadera. La subo a la habitación del hotel y tras descansar 30’…dice la tía que quiere continuar!!! Como hombre que soy, impuse mi criterio: Sí, Cari, déjame ponerme las calzonas y te acompaño por si necesitas ayuda (soy de calzón largo). Y ahí cambió radicalmente mi sábado idílico de bici. Los caminos del Señor son inescrutables, te alabamos oyenos.
Preparación para el evento? Una tostada con café (ni mis galletas principe). Material de montaña? Mis zapatillas voladoras sin suela, unas calzonas y una chaqueta de chándal. Comida y bebida? Mi mujer iba bien servida.
Salimos a correr y todo el objetivo es coger al último para que Vane se anime y sienta que ya está en carrera. A los 5kms vemos a un voluntario que se sorprende que hayamos llegado hasta allí porque él “ya ha retirado TODAS las balizas”…Anda, anda, vete para atrás y repásalas porque yo no soy un sherpa precisamente y he llegado hasta aquí. Preguntamos y nos saca 15′ el último. Aplicamos el espiritú de MusanVane (nadador negro de hace unas cuantas olimpiadas). Continuamos tirando fuerte y, … qué cojones hace un caballo en el camino??? Qué haría Frank de la Jungla??? Lo veo claro, no  mirar a los ojos (esto lo sé desde chiquetito, que los animales asesinos huelen el miedo) y pasar despacito mientras rezo (te alabamos, oyenos).
“Pequeño tío” y Vane PalosLargos

Nos encontramos al “escoba” Javi (presidente del club de montaña de Béjar), cazamos al último y vemos ya a algunos otros participantes en el avituallamiento del Alto de La Covatilla del km7 para mi (Km12 para la Carrera). Ahí nos dan un par de Nolotiles (y no los “tilamos”) (lo siento, no me he podido contener, entenderé que abandonéis la crónica aquí mismo) para la cadera y seguimos a muy buen ritmo y mejor ánimo. Objetivo llegar a La Ceja (punto más alto).
La Vida en Carrera nos hizo esta foto (fui yo pero parece que fue Cristina, verdad?)
En la montaña hay un espécimen muy mamón, el “esaeslaúltimasubidayluegotopabajo”. No me mientas, que vengo muy justito, que yo soy de Triatlón Sprint, si hay más subidas pues se dice y listos. Animados por estos especímenes, llegamos a La Ceja con subidas donde se usan manos y piernas por igual. Por cierto, los bastones serán para defenderte de algún animal salvaje porque es más posible que te caigas y te los metas por algún lugar inapropiado antes de que te ayuden en el correr (y, además, como no sabía desmontarlos, se los partí a Vane y me tenía que justificar de alguna manera).
Esta era la zona de correr rápido!!!
En cada garganta me asomaba con el miedo de ver una baliza que indicase que era por ahí. Esta gente están muy locos y, si ven una baliza, no preguntan, obedecen. En una de estas, Señor, por qué me has abandonado?, vi una baliza y una cadena colgando de una roca: No, en serio? Gymkana? Antes hubiera preferido domesticar a “Pequeño Tío” que bajar por allí. La falta de cadáveres al fondo, me daba ánimos para atreverme.
El voluntario de arriba estaba para indicar por donde había caído el cadáver
A partir del km23 de carrera, empezó la bajada con zonas técnicas (piedras sueltas y grandes) donde Vane suele ser muy rápida y yo sufro una barbaridad pero esta vez su cadera hizo que fuéramos casi a la vez. Comentar que mi único incidente real (muchos uyuyuyuyuy) fue que pise una piedra y rodé una ladera de 2-3m (solo chapa y pintura) es escapar muy bien para un tío tan torpe como yo.
Depuradisima técnica “arrastraculos”
Y así fuimos bajando hasta la meta en Béjar donde, con muchas molestias (a pesar de los nolotiles), llegó con 8h54. Yo me quedé en Candelario porque no podía con mi vida. Me cago en las muelas de las carreras de montaña, de los trail, de Rafa Aguilera, del Cordobés, de Béjar, de las cabras y de los hermanos Heras…pero me han encantado las sensaciones, lastima tener las piernas que tengo porque de no ser así, haría algunas más.
Lo de esta mujer no tiene nombre, no será rápida pero es dura como ella sola.
PD. Hoy tengo el síndrome del Playmobil, no tengo ni rodillas, ni tobillos ni ná. Escribo esta crónica como lo haría Ramón Sampedro, con un lápiz en los labios. Soy un funcionario Heroico, me deberían de dar la Grapadora de Oro y Brillantes por haber ido hoy a trabajar.
PD. Para los jóvenes lectores “Pequeño Tio” era el caballo de Pipi Calzaslargas (al escribir esto, me han caído 20 años encima)
PD. Ni un solo papel-envoltorio tirado de los participantes, y lo digo siendo de los últimos. ESPECTACULAR.
PD. Sé que soy un niño chico pero no me he podido contener a colgar esta foto

Fuente: Maratón de montaña La Covatilla 2017 – ABANDONAR NO ES UNA OPCIÓN